El análisis de la eficiencia energética de los edificios en Veteco
Desde Ebrosa, no hemos querido dejar pasar la oportunidad de acudir a las jornadas organizadas por Asprima, la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid, en el Foro Ventus del Pabellón nº 6, en la que presentaban los resultados sobre uno de sus últimos estudios, elaborado junto a la Universidad Politécnica de Madrid y en colaboración con UPONOR, Gas Natural-Fenosa y Ursa-Pladur centrado en la eficiencia energética de los edificios.
Para los promotores, la decisión de la calificación de eficiencia energética del edificio es una cuestión clave y, para ello, debe cuantificar en el presupuesto de su proyecto la implementación de medidas que hagan elevar la calificación energética en relación al ahorro energético en que se traducirá para el usuario de la vivienda. Habrá que evaluar su repercusión no solo en el precio final de la vivienda, sino en el beneficio que comporta para el usuario de la vivienda, haciendo así que la apuesta por esta eficiencia energética se torne como una inversión.
Con el propósito de esclarecer todas estas cuestiones y de ofrecer información de utilidad, tanto a promotores como a los usuarios de la vivienda, es con el que surgía este estudio: “Evaluación de los costes constructivos y consumos energéticos derivados de la clasificación energética de las viviendas” (PRECOST&E), cuyos resultados completos y resumen ejecutivo se puede descargar desde la página web de Asprima. Con él se busca cuantificar qué coste supone pasar de un edificio de calificación convencional, E, a uno de una calificación superior, C o B, si bien el grado más alto, A, se torna como algo casi inalcanzable, en tanto que su traslación a beneficios, económicos, energéticos y de confort, para el usuario final de la vivienda, pero también para el promotor.
Tanto es así que lo que supone una inversión para el promotor bastante pequeña se traduce en un ahorro considerable en el consumo energético del usuario de la vivienda a lo largo del año, incrementando de esta forma la rentabilidad de la inversión inicial en una proporción 1:4, esto es, por cada euro de más que se paga en la hipoteca por vivir en un edificio de calificación energética alta (calificación “C” en adelante), el usuario se ahorra 4 euros por metro construido en el consumo energético anual. Además, todo ello tiene un impacto directo en el medio ambiente, en las emisiones de CO2.
Veámoslo en cifras:
- Obtener una calificación B desde una D supone aumentar el presupuesto del proyecto en apenas un 2%, esto es, 22€/m2 construido, y se traslada a un ahorro del 44% en el consumo energético final.
- Aumentar la calificación energética desde una D a una C, implica para el promotor una inversión adicional de entre 1 y 4 €/m2 construido y se traduce en una reducción de las emisiones de CO2 de entre 0,6 y 1,8kg/m2 al año y en un ahorro, en materia de consumo energético anual, del 10% aproximadamente.
- Dar un paso más, pasar de una calificación C a una B, conlleva incrementar el presupuesto inicial entre un 0,05% y un 2% (entre 0,025€/m2 y 18€/m2) y da lugar a una disminución de las emisiones de CO2 de entre 3,7 y 6,3 Kg/m2 y un ahorro del consumo energético anual de entre 26% y 38%.
Asprima y el equipo de trabajo de la UPM, liderado por el profesor García Navarro, se basaban para obtener estas cifras en un modelo real, en un edificio real ubicado en el Ensanche de Vallecas, en Madrid, cuyos resultados se proponían después extrapolar a distintas zonas climáticas de España: Valencia, Sevilla, Barcelona, Oviedo, Madrid, advirtiendo que, si bien los resultados no son generalizables, sí que se puede atisbar a partir de estos la magnitud del impacto de la inversión.
En la actualidad, continúan trabajando en esta línea pero proyectada hacia la investigación para la rehabilitación energética de viviendas, dadas las dificultades del contexto actual para construir.
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