Una zona de bar en tu ático
Seguro que es el sueño de muchos y que otros no le harían ascos a la idea de contar con un pequeño hueco en casa para esas celebraciones espontáneas, un espacio al que recurrir para realizar un brindis o arremolinar a los amigos -con el pretexto de una copa- para compartir un momento de anécdotas y risas. No tiene por qué ser algo espectacular ni hemos de dedicar una estancia de la casa a este fin (o tal vez sí, en función de nuestras preferencias). Simplemente ha de responder a nuestras necesidades y gustos, de manera que nos resulte cómodo, que encaje con la estética y decoración de nuestra casa y que nos convierta en el perfecto anfitrión para nosotros mismos, no sólo para las visitas. Además, resultará especialmente interesante contar con un sitio así en casa estos días de frío, lluvia e incluso nieve, en los que en ocasiones nos puede la pereza y tendemos a recluirnos en casa.
En primer lugar, habrá que decididirse por la estancia en la que ubicarlo, un lugar que nos inspire serenidad, confort, privacidad... y que, al mismo tiempo, pueda concentrar los encuentros de amigos en casa. Puede que se trate del comedor, el salón, la cocina... o un pequeño rincón en el dormitorio o en el despacho para los más intimistas. Después, deberemos plantearnos qué queremos exactamente: montar toda una barra de bar (o adaptar en la cocina una isla o algún otro espacio de esta forma) o contar con una zona a la que recurrir de cuando en cuando para una celebración espontánea, ya sea individual, en pareja, en familia, con amigos...
Una de las fórmulas más recurrentes para crear este tipo de ambientes es recurrir al llamado mueble-bar, una especie de alacena, generalmente con una o varias vitrinas de cristal, para dejar a la vista su contenido, de diversos diseños, que van desde lo rústico a lo vintage. Si no quieres invertir en una nueva pieza de mobiliario, siempre puedes darle un toque diferente a ese aparador o consola que tienes olvidado en el salón, cambiando su contenido y colocando sobre él algún que otro adorno junto a las botellas. Otra opción es apostar por una mesa con ruedas, tipo camarera, que presenta la ventaja de poder desplazarla por el espacio para llevarla allí donde queramos preparar unos cócteles o servir una copa, o por una sencilla bandeja vistosa colocada en un lugar estratégico en casa (una de las baldas de las estanterías, un rincón del comedor, la mesa de la cocina...) que aglutine nuestras bebidas (no tienen por qué ser de tipo alcohólicas) más preciadas. También puedes plantearte hacerte con una mesa alta -quizás a medio camino entre la cocina y el salón no sea una mala opción-, en torno a la cual colocar unos cuantos taburetes. Todos estos elementos admiten tantos complementos como queramos: lámparas o focos, cuadros, marcos, fotografías, velas...
Una barra de bar en casa. ¿Por qué no?
Si el espacio lo permite, ¿por qué no darnos el lujo de contar con nuestra propia barra de bar en casa y convertirnos así en la envidia de todos? Puedes aprovechar ese espacio vacío que tienes sin usar o ese hueco desaprovechado en cualquier parte para levantar nuestra propia zona de bar pseudoprofesional. A la hora de apostar por esta opción, sería conveniente planificar bien el diseño y pensar si queremos hacernos con algún elemento que requiera una instalación especial, como un grifo para cerveza, una vitrina para vinos, una máquina de hielo, un mini refrigerador, un pequeño lavavajillas... e incluso un pequeño fregadero. Su diseño y estética dependerán de nuestro propio estilo, más rústico, vanguardista o contemporáneo.
¿Y si se tratara de una zona de bar con vistas?
Además, si contamos con la suerte de vivir en un ático, tendremos la oportunidad de aderezar nuestros cócteles y copas con espectaculares vistas de la ciudad. En este caso, si el espacio lo permite, recomendamos acondicionar una pequeña zona junto alguna ventana o, simplemente, optar por una mesa con ruedas que nos permita trasladar esta zona de bar a la terraza durante épocas más cálidas.
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