Una ventana al verano: la terraza
De mayor o menor tamaño, estos espacios consiguen que nuestra casa se prolongue más allá de las estancias con una funcionalidad y un carácter definido (el salón, la cocina, los dormitorios…). Esta potencialidad para configurarse como un espacio a nuestra medida, en el que crear una atmósfera más íntima o festiva, es lo que les confiere un carácter especial y exige de una manera silenciosa que los tratemos de manera acorde a la estación.
El verano es la estación para un desayuno al aire libre cuando aún no se ha despertado el calor (y casi tampoco nosotros) o un picoteo improvisado al caer la noche, justo cuando la cotidianidad se escabulle y la ciudad parece otra y qué mejor lugar para deleitarnos con ello que las terrazas, ya se trate de un pequeño balcón o de una gran terraza en la que organizar alguna que organizar alguna que otra barbacoa con los amigos.
Estos espacios adquieren un matiz aún más singular cuando la escena se completa con unas extraordinarias vistas, como las terrazas del Edificio Hydros, desde las cuales se puede contemplar el Pilar y toda la ciudad de Zaragoza, o las de los áticos del Edificio Clarión, en Madrid, que nos descubren Sanchinarro. Por otro lado, encontramos las terrazas definidas por el estilo de su decoración, como la terraza chill out del Edificio Parque de los Tilos, también en Zaragoza, que busca disfrutar de los espacios que ofrece el propio edificio, sin olvidar los bajos con patio del Edificio Atrium, que se prestan a que los niños correteen y a las risas en familia.
Quizás sean las terrazas una forma de preservar el verano al otro lado de la puerta, más allá del fin de las vacaciones, o de construir un refugio, personal y confortable, para cuando no dispongamos de la ocasión de huir de lo cotidiano.